Alergia a la proteína de la leche de vaca

Se habla de Alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) en el momento en que un individuo, tras la ingesta de proteínas lácteas manifiesta una contestación anormal (con síntomas que se pueden abarcar en las reacciones desfavorables a alimentos) y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado.


En estas contestaciones inmunitarias conocidas como alergias, la mayor parte son del conjunto Hipersensibilidad inmediata.


Tras la exposición al alérgeno el sujeto se sensibiliza y genera anticuerpos concretos para ciertas fracciones proteicas de la leche, son las inmunoglobulinas Y también (IgE) detallas, IgE anticaseina, IgE antibetalactoglobulina.


Tras una segunda exposición el antígeno se fija a las IgE y se desencadena una contestación de diversa magnitud, es la reacción alérgica.


De todas y cada una de las alergias alimenticias, es en la APLV en la que se generan más fallos de clasificación, en tanto que la leche genera pluralidad de contestaciones anormales, alérgicas y no alérgicas. Y asimismo fenómenos de intolerancia, como la intolerancia a la lactosa, el azúcar de la leche.


CLÍNICA

A menudo se ponen de manifiesto los síntomas en el primer contacto aparente con la leche, como la introducción de biberón. Aun en ocasiones a lo largo de la lactancia materna se ven síntomas por el paso de proteína mediante la secreción láctea como pueden ser la exacerbación de dermatitis.


En el caso de alergia a proteínas lácteas de hipersensibilidad inmediata (IgE mediada), la clínica aparece en menos de sesenta minutos desde la toma, y la gravedad de los cuadros de alergia a la leche es muy variable en dependencia del grado de sensibilización y de la cantidad ingerida.


Aparte de por ingestión, la leche puede generar síntomas por contacto cutáneo directo o bien indirecto (besos, roces, vómitos) y asimismo síntomas respiratorios por inhalación.


Por orden de frecuencia, lo más frecuente son síntomas cutáneos, seguidos de digestibles o bien asociación de los dos y por último respiratorios y anafilaxia. A veces, los síntomas son leves y poco valorados o bien no relacionados supuestamente con el alimento.

Los síntomas tardan más en aparecer y pueden ser crónicos,  en casos de alergia a proteínas lácteas no IgE mediadas, llegando a afectar el estado nutricional. Resaltan los síntomas digestibles si bien puede haber asimismo síntomas cutáneos y respiratorios. El cuadro más habitual es la enteropatía a proteínas lácteas, más conocido como IPLV (intolerancia a proteínas lácteas)

 


PREVALENCIA

Las alergias alimenticias se hallan en cualquier conjunto de edad, siendo más usuales en la primera niñez. Siendo la leche el primer alimento no análogo que se introduce en la dieta de un lactante, es la APLV la primera alergia que comienza, afectando a un dos por ciento de la población.


En España el porcentaje de alérgicos a leche de vaca en el primer año de vida se ubica entre el 0,36 por ciento y el uno con noventa y cinco por ciento . Ocupa el tercer sitio en las nosologías alérgicas tras la alergia al huevo y al pescado.
Los datos cambian conforme la fuente consultada, con lo que es bastante difícil cuantificar el número real de alérgicos.


Se habla de obtención de tolerancia en un ochenta y cinco por ciento ya antes de los tres años.


Son factores de peligro para padecer alergia a las proteínas de la leche de vaca los siguientes:


• Rasgo atópico familiar
• Administración precoz de PLV con siguiente lactancia materna (biberón en maternidades)
• Administración intermitente de PLV a lo largo de la lactancia materna


Alérgenos


Las proteínas son las responsables de la alergenicidad de la leche:


• CASEINAS: son el ochenta por ciento de las proteínas de la leche entera:
Bos d8: alfa caseina (pm 23,6KD) cuarenta y dos por ciento 
Betacaseina (pm 23,9KD) veinticinco por ciento 
Kappacaseina (pm19 KD) nueve por ciento 


• SEROPROTEINAS: las proteinas del suero son un dos por ciento del total de la leche entera.
Betalactoglobulina (blg) bos d5 (pm dieciocho con tres kd) nueve por ciento 
Alfalactoalbumina(ala) bos d4 (pm14,2 kd) cuatro por ciento 
Seroalbumina bovina(bsa) bos d6 (pm sesenta y siete kd) 1 por ciento 
Inmunoglobulinas bóvidas (bgg) bos d7 dos por ciento 

 

Otras proteínas en menor proporción: lactoferrina, transferrina, lipasa


Cuando empieza la lactancia artificial los pequeños reciben un género de leche famosa como leche de comienzo y después leche de continuación, la denominación médica adecuada de este género de leche para nutrir a lactantes es fórmula amoldada. Estas fórmulas se fabrican desde leche de vaca, mas efectuando modificaciones para acercarse lo máximo posible a la composición de la leche materna. Se agrega suero láctico a fin de que la relación proteinas séricas/caseina pase de 20/80 de la leche de vaca a 40/60 que tienen las fórmulas adaptadas.


El inconveniente es el incremento que padecen en betalactoglobulina, esta es una proteína plenamente extraña para la especie humana puesto que no existe en la leche materna. Por esta razón es una proteína muy alergénica que se introduce en la nutrición del lactante en el instante en que se están estableciendo los mecanismos de tolerancia inmunológica.


La caseina, asimismo llamada alérgeno mayor se considera la encargada de la persistencia de la alergia.


DIAGNÓSTICO

Del mismo modo que en otras alergias alimenticias el estudio alergológico consiste en:


Historia clínica


Pruebas cutáneas: prick test a leche y sus fracciones. Se puede efectuar con extractos comerciales, leche de vaca y fórmulas adaptadas.


Determinación sanguínea de IgE concreta a las diferentes proteinas.
Exposición controlada, si no hay causa que lo desaconseje: anafilaxia o bien reacción reciente


 

La suma de ellos, interpretado por el alergólogo es lo que establece el auténtico diagnóstico.


Una vez establecido el diagnóstico se efectúan revisiones periódicas en las que el alergólogo valora la evolución. En el caso de la APLV, como el comienzo acostumbra a suceder en el primer semestre de vida, es frecuente efectuar una revisión 6 meses tras el cuadro inicial. Desde ese instante y hasta los cuatro años de edad, en la mayor parte de los casos, se examina al paciente anualmente repitiéndose el estudio alérgico.


TRATAMIENTO Y CONSEJOS


Dieta rigurosa de supresión de leche, derivados y productos que la contengan, mientras que no se verifique tolerancia.


Excluyendo asimismo leche de cabra y oveja, en tanto que por la semejanza de sus proteinas, puede generar del mismo modo reacción alérgica.
Si se sostiene la lactancia materna, la madre proseguirá una dieta sin PLV.
Si se establece lactancia artificial se utilizarán fórmulas singulares siguiendo las recomendaciones del alergólogo. 


Se debe prestar atención estricta al etiquetado de los alimentos, teniendo presente que podemos localizar lecho como alérgeno escondo. Las PLV se hallan en lácteos y derivados, mas asimismo están presentes en otros productos manufacturados como pan, fiambres, embutidos, pescados congelados, gominolas, conservas, productos cosméticos y fármacos.


Asimismo es resaltable la presencia de PLV en cantidades traza en alimentos que originalmente no las contiene, a consecuencia de polución industrial, debida a fabricación conjunta con otros alimentos que si tienen PLV, o bien en exactamente la misma cadena de fabricación.


Abundantes aditivos empleados en la industria proceden de la leche.
La lactosa, siendo un azúcar, no provoca una reacción del sistema inmunitario, mas hay proteínas que la acompañan y que no se pueden suprimir en los procesos de purificación y pueden provocar reacciones en individuos muy sensibilizados.

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